FORMACIÓN DOCENTE; Cómo ser docente sin morir en el intento

Mi primera entrada será para contarles algo de mí y de las características de este blog.

Me llamo Camila Molina Alves y no tengo ningún título en mi haber (excepto el de haber terminado el liceo). Aunque tenga algún título profesional no me pondría ningún prefijo relativo  a la profesión (Prof.  Lic., Dra., etc.) antes que mi nombre, porque no estoy de acuerdo con esa costumbre de presentarse por los títulos como forma de evitar referirnos a características personales. En mi opinión eso demuestra el miedo que tenemos a que los demás sepan cuáles son nuestros defectos y a la vez una especie de orgullo que sirve para enmascararnos de nuestros problemas; es como si yo dijera “soy tímida, pero soy licenciada!!! y esto último quiero que lo sepan todos ¿Se entiende? “(no soy licenciada, por las dudas J).

Me defino como una persona emprendedora, aplicada, responsable, crítica, pero soy  bastante desordenada, egocéntrica (no soberbia) y tengo muchos otros defectos más, pero no tengo miedo de decirlos porque estoy orgullosa de ser totalmente imperfecta y por lo tanto estuve, estoy y estaré dispuesta a mejorarme día a día, porque considero que la vida en sí misma es una carrera a ganar superando todo obstáculo que se presente. Si la vida y la gente no tuviese problemas que resolver, ¿Qué sentido tendría la vida, no?.

Soy una simple estudiante del IPA, que trata de sobrevivir día a día. Entré allí en 2010 en la especialidad literatura y dentro de todo no me fue tan mal; exoneré 5 materias, y di 5 exámenes, de los cuales perdí uno solo (nada más ni nada menos que literatura española I), pero este año la cosa fue muy diferente, ya que tuve inconvenientes serios en la práctica que me llevaron a abandonarla un mes antes del tribunal de didáctica. Dichos inconvenientes hicieron replantearme muchas cosas, pero la más importante tiene que ver directamente con el sentido de mis acciones; me di cuenta de lo valioso que es involucrarse realmente con una tarea y las consecuencias que trae actuar sin tal involucramiento. Es que cuando entré al IPA pensaba solamente en las posibilidades laborales y no en lo que pudiera significar que yo fuese profesora, ni mucho menos si me gustaba o no ser docente, o si me gustaba literatura. Yo tenía 19 años y recién había salido del liceo, no tenía mucha idea de lo que quería hacer (más bien no tenía ni idea) así que pensé “voy al IPA a ver qué pasa”. Cuando los profesores a principio de año nos preguntaban las razones por las que decidimos hacer la carrera docente, todo el mundo contestaba “porque me gusta” y yo en cambio contestaba “por razones laborales, lo veo como una buena salida laboral”. En ese momento aparte de empezar a estudiar en el IPA iba a la Escuela Superior de Comercio y Administración de La Blanqueada a estudiar Analista en Marketing (acá aprovecho a mandar un saludo grande a todo el grupo AM2 generación 2010. ¡¡¡Los extraño pila!!! Fueron el mejor grupo que tuve por lejos. J), pero a mitad de año dejé de ir a la UTU debido a los parciales del IPA.

Con respecto a la especialidad literatura, noté que no era lo que yo esperaba. Sinceramente creía que iba a ser más fácil, teniendo en cuenta que había elegido esta especialidad porque me fue muy bien en literatura en el liceo, pero descubrí que en realidad no había dado muchos de los autores considerados “básicos” en el liceo ya que no di Shakespeare, ni Kafka, ni Baudelaire, ni Bécquer,  ni Quevedo, ni el Cid, ni la Ilíada, ni la Celestina, (gran polisíndeton metí ) del Quijote di solo la primera parte del primer capítulo, porque la profesora que tuve en quinto por falta de tiempo nos dijo “¿Qué quieren dar?, ¿Macbeth o el Quijote? Elijan”. Esta profesora era una practicante de cuarto año del IPA, que le hicimos perder la práctica, y hace poco me enteré que se recibió este año. Lo peor es que yo di la práctica en el mismo salón en que estuve cuando estaba en quinto de liceo allá por el año 2008, y sentía en el momento de dar clase que se repetía la misma situación de la practicante. Le criticábamos su falta de carácter y claridad, pero era necesario que yo pasara por su misma situación para poder entenderla, y comprender lo realmente difícil que es ser docente, porque implica tener un estilo de vida y una personalidad determinada. Para ser profesor es necesario tener una forma de ser estable y flexible al mismo tiempo; estable, porque debe dar clase en cualquier circunstancia, y flexible porque tiene que adaptarse a cualquier contexto y dinámica de cada grupo con que le toque trabajar. Pero lo más importante es saber comunicar y comunicarse permanentemente, en el sentido de que la educación implica un acto comunicativo en el que tanto el docente como el estudiante  enseñan y aprenden todo el tiempo, tal como sostiene Paulo Freire en Pedagogía del Oprimido. El tema es que apenas empecé a dar clases me di cuenta que tengo pánico escénico, lo que se me hace difícil poder explicar las cosas con claridad y por lo tanto en todo el año no pude posicionarme como practicante, lo que me ocasionó muchos problemas, siendo el más importante el trato con los estudiantes del grupo (no sabía ni cómo se llamaban, lo que llevó a que muchas veces no colaboraran a generar un clima de clase apropiado, y en ningún momento pude dar una clase completa.  La práctica me parecía una tortura y deseaba que la hora terminara lo antes posible de modo de poder terminar con la clase y que no me tomaran el pelo cada vez que decía una palabra. Sentía que cuando avanzaba en algo, retrocedía cinco casilleros en otra cosa y viceversa.

En la última visita de didáctica que tuve previa al tribunal, tanto la profesora adscriptora como la de didáctica me recomendaron dejar la práctica y recursar didáctica el año que viene en un liceo y con un grupo menos conflictivo, que había avanzado algo pero no lo suficiente como para aprobar la materia. No solo dejé la práctica, sino que también abandoné todas las demás materias específicas de literatura, cursando solo las generales de segundo, ya que llegué a la conclusión que me gusta la literatura, pero no lo suficiente como para dar clases de ella. Personalmente, no me parece útil esa necesidad de desfragmentar las obras literarias con el fin de analizarlas y buscarles el sentido, como si en realidad lo tuvieran. En todo caso el o los sentidos se los damos nosotros, según nuestros puntos de vista. Es imposible saber exactamente cuál es el sentido original que el autor le haya querido dar a su texto, porque tal vez el sentido que le demos a la obra, el autor puede que no lo interpretara así.

En conclusión, lo que resolví es seguir en el IPA, pero me voy a cambiar de especialidad, que será sociología. Con todo lo que les dije se deben estar preguntando ¿Para qué esta tipa va a ser profesora si tiene pánico escénico y dar clases le parece una  tortura?  La respuesta está  en lo que me pasó el día que me despedí del  grupo del  liceo donde daba la práctica; fue la única vez que pude comunicarme  plenamente con los alumnos  y por primera vez, me imaginé siendo profesora.  Les  pedí  que evaluaran mi desempeño y la mayoría contestó que lo que debería mejorar es mi confianza y mi forma  de comunicarme.  En definitiva, lo que me pedían la profesora adscriptora y la profesora de didáctica,  y lo que me decían ellos, se puede resumir en un aspecto, que es el requisito para ser docente que es INVOLUCRARSE  Y COMPROMETERSE CON  SU PROFESIÓN.

No considero que tenga vocación para ser docente, ya que no creo que la vocación sea algo innato y “caído del cielo”, sino que es algo que se va construyendo de a poco, con éxitos y fracasos. Tampoco creo que la vocación sea para  una única profesión sino que es algo que tiene que ver con la postura que tenemos ante la vida y por lo tanto se compone de ideas, sentimientos, actitudes, que refieren a diversas preferencias personales y no se enfocan solamente en una carrera profesional. Elijo hacer profesorado de sociología porque me resulta  más útil que sepamos cómo funciona la sociedad, dado que somos seres sociales por naturaleza, que las obras literarias y las figuras retóricas que contienen sin tener en cuenta que la literatura, por tratarse de una manifestación cultural, es un producto social.

Así termina la exposición acerca de mi persona, y con respecto a este blog que acabo de hacer, la finalidad del mismo es analizar y reflexionar sobre diversos fenómenos sociales, como así también dar información sobre algunos temas de las materias generales del IPA  (pedagogía, observación y análisis, psicología evolutiva y de la educación, etc.) y asignaturas específicas de  sociología. La única regla del blog es que cuando pasen por él, dejen sus comentarios acerca de los artículos que yo vaya publicando y pueden sugerir temas para realizar nuevos artículos.

Espero que les guste el blog. Saludos  :)